¿Cómo fue tu elección profesional, cómo descubriste tu vocación por el diseño gráfico?
En bachillerato no sabía qué estudiar y de pronto tenía que empezar a consultar trámites de beca y financiamientos para entrar a la Universidad. Mi mamá es abogada y siempre le he tenido mucha admiración, así que con el tiempo encima y la necesidad de tomar una decisión, elegí estudiar derecho.
Fui a la Universidad Anáhuac y me otorgaron una muy buena beca, además al conocer la Sala de Juicios Orales de la Escuela de Derecho, me pareció espectacular. Me encantó el campus e incluso dejé de considerar Puebla como una opción para mis estudios universitarios.
Ya estudiando derecho, comencé a preocuparme más por mi futuro. Mi mamá siempre nos dijo a mi hermano y a mí que teníamos dos semestres para hacer un cambio de carrera si sentíamos que no era nuestra vocación y, la idea de tener la posibilidad de un cambio, me generó más inquietud sobre si estaba en el lugar correcto. Platicando con mi mamá, me recordó que cuando era niña siempre había querido ser diseñadora, motivándome para investigar más sobre el plan de estudios de Diseño Gráfico de la Universidad Anáhuac.
Cuando empecé a revisar las materias, me di cuenta de que todo lo que incluía el plan de estudios era lo que me encantaba y no pensaba que pudiera aprenderlo de manera profesional. Yo venía de estudiar derecho, que es sumamente serio y formal, y ahora tenía la posibilidad de reconectar con la creatividad y los colores.
Mientras estudiaba Derecho tenía muy buenas calificaciones y mis compañeros y maestros, que fueron muy comprensivos con el cambio, decían que iba a ser muy buena abogada, sin embargo, me di cuenta de que hasta que empecé a estudiar Diseño Gráfico, viví diferente a la Universidad. Siempre me gustó mucho estudiar, tener buenas calificaciones y ser la mejor, pero hasta que me cambié de carrera disfruté realmente de lo que aprendía en el aula y todo fue increíble.
¿Cómo fue tu experiencia Universitaria?
Durante mi carrera todos los maestros fueron muy buenos y accesibles. Eran docentes comprometidos que tenían la apertura de apoyarte fuera del aula y fue una gran experiencia universitaria, no sólo en lo académico, sino también en todo lo que ofrece la Universidad Anáhuac.
Viví la mitad de mi carrera en la pandemia y aunque al principio fue complicado, aplaudo que los maestros se esforzaron por adaptar clases que regularmente eran muy prácticas, lo cual nos ayudó también a experimentar y aprender cosas nuevas.
La convivencia con mis compañeros también se adaptó y aprovechábamos los espacios para platicar y convivir en Zoom. Fue diferente vivir esta experiencia, pero no fue impedimento para salir preparada de mi carrera.
¿Cómo inició tu experiencia profesional?
La pandemia me ayudó a empezar a trabajar como diseñadora freelance en una agencia, mientras estaba estudiando. Aprendí a trabajar muy rápido, pues siempre buscaba opciones que me permitieran hacer los diseños más rápido.
Conforme seguí colaborando en la agencia y realizando actividades freelance, tenía más necesidad de terminar la Universidad para seguir trabajando. En una ocasión me postulé a varias vacantes que vi en LinkedIn y me respondieron de la agencia Media Jet Marketing, con sede en San Diego, California.
Les gustó mucho mi currículum y gracias a mi nivel alto de inglés, conseguí el empleo con modalidad home office. Sabía que esta oportunidad implicaba más trabajo y compromiso, por lo que hablé con las dueñas de la primera agencia donde inicié freelance y les compartí que tenía una nueva prioridad. Eventualmente cerró la agencia, pero continué trabajando con una de ellas, quien está teniendo mucho éxito con una línea de trajes de baño de lujo que ha aparecido en revistas como Vogue. Me encanta seguir formando parte de ese proyecto, pues además he aprendido mucho con ellas.
Cuando entré a trabajar a Media Jet Marketing, donde colaboro actualmente, había una egresada del IEST, lo cual considero me ayudó a que el reclutador viera el nivel de preparación que tenemos en la Universidad Anáhuac. Cuando yo ingresé a la agencia, tuve oportunidad de recomendar a una amiga egresada Anáhuac de Diseño Gráfico, quien finalmente fue contratada y a su vez, ella también tuvo la oportunidad de recomendar a otra egresada Anáhuac de la misma carrera. Entre nosotras, hacemos la broma de que las egresadas Anáhuac estamos conquistando la agencia.
Considero que empezar a trabajar mientras estudiaba, me permitió aprender mucho. Conforme avanzaba en la carrera y en el trabajo, empezó a coincidir el aprendizaje que tenía y podía aplicar en el mundo real los conocimientos del aula.
¿Qué retos presenta tu industria y cómo los enfrentas?
Veo dos retos grandes en la industria de diseño gráfico. Uno de ellos es la inteligencia artificial, pues cualquier persona tiene acceso a ella y dándole especificaciones sobre lo que necesitas, te puede generar tres propuestas de logotipo. Ahora como diseñadores tenemos que encontrar la propuesta de valor como ser humano para mostrar que nuestro trabajo es bueno y superior al que te puede generar la inteligencia artificial.
Como diseñadora, un reto es que las vacantes que las empresas ofertan últimamente requieren que se tenga conocimientos especializados que, para adquirirlos, tuviste que haber cursado más de una licenciatura. Es muy importante tomar cursos para estar actualizados, sin embargo, también te piden conocimientos de edición de video, animación e inclusive mercadotecnia, siendo nulas las vacantes en las que únicamente te dediques a diseñar.
¿Qué consejo le darías a los recién egresados?
Me hubiera gustado mucho aprovechar a mis maestros y apoyarme más en ellos. Tuvimos docentes que eran grandes personalidades del diseño, que no te dicen abiertamente sus premios y logros, pero que están muy bien preparadas. Considero que es importante que aprovechen a todas las personas que tienen alrededor en la Universidad, pues puedes aprender de ellos y abrirte oportunidades.
Otro consejo sería que se abrieran a aprender nuevas cosas, aunque no sean directamente de su carrera, pues eso posteriormente podrá ayudarlos a diferenciarse entre otros perfiles.
¿Qué es lo que más disfrutas de ser diseñadora?
En mi trabajo actual sé que tengo más responsabilidades porque trabajamos para clientes que esperan obtener ganancias de nuestro trabajo, pero me fascinan y me asombran todas las posibilidades que puede tener un diseño. En clase, cuando nos encargaban una tarea, aunque la instrucción era la misma cada uno llegaba con resultados completamente diferentes, por lo que me parecen increíbles las formas en las que puedes resolver.
En uno de mis proyectos finales de la carrera llegó una frase a mí que fue una gran revelación de todo lo que viví en la carrera: “Hacerlo imperfecto, es mejor que no hacerlo”. Siempre fui muy perfeccionista y cuando comencé a estudiar Diseño, topé con pared. Yo vivía mi vida siguiendo instrucciones y en diseño no hay instrucciones de nada.